Hermano del alma.
Uno de mis compañeros inseparables
desde chiquita es mi primo Víctor, él nació casi un año después de mí, un 21 de
septiembre de 1999, por esa razón, siempre nos felicitamos en nuestro
cumpleaños diciendo que tenemos la misma edad por 4 días, es nuestro chiste
local. Muchos pueden pensar que, por la similitud de edades, él y yo somos muy
parecidos, pero es todo lo contrario.
Tengo muy bonitos recuerdos
junto con él a lo largo de mi vida, desde muy chiquitos nos encantaba salir a
andar en triciclo y bicicleta en la privada de su casa, también lo acompañaba
durante las tardes mientras él jugaba PlayStation y Xbox, siempre me hacía perder
en los videojuegos de carreras y FIFA. Gracias a él, le tengo pavor a los
balones, pues le gustaba mucho jugar fútbol y siempre me ponía de portera. Víctor
también era el consentido de los abuelos, le compraban juguetes repetidos, para
ser exactos, tenía 2 cocodrilos y 2 tigres, “uno meno, oto malo”. Nuestros
papás nos llevaron varias veces a Six Flags y era uno de nuestros planes
favoritos.
Conforme fuimos creciendo,
seguimos creando anécdotas, viajamos a Los Ángeles y a Las Vegas con toda la
familia, y una vez más disfrutamos de las montañas rusas en Disney y Hollywood
Studios. También conocimos las playas de Huatulco, lugar en donde Víctor probó
la cerveza y terminó tomando una larga siesta como consecuencia. Años más
tarde, fuimos compañeros de fiesta y reuniones, eso nos unió aún más porque convivíamos cada fin de semana en compañía de mis demás primos. Otro de nuestros hobbies es
asistir al gimnasio, pero irónicamente nunca hemos entrenado juntos.
Hace casi 3 años tomó una de las decisiones más importantes de su vida, estudiar para piloto naval, muchos dudaron de él, pero a pesar de eso, Víctor demostró, y también se demostró a sí mismo, que cuando se propone algo, no descansa hasta conseguirlo.
Ahora, después de meses de pandemia, te toca regresar a cumplir tus sueños, desprenderte una vez más de tu zona de confort. Quiero decirte que estoy muy orgullosa de ti, de la persona que te has convertido y de todo lo que has logrado, estoy segura que vas a llegar muy lejos. Te voy a echar de menos todos los domingos, así como también voy a extrañar que me estés molestando o haciendo repelar.
Gracias por creer en mí cuando nadie más lo hizo, gracias por escucharme cuando más lo necesitaba. Te quiero muchísimo, primi.
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