China preciosa.

Una de las casualidades más bonitas fue haber coincidido con Villa en el verano del 2018, y de igual manera haber hecho clic inmediatamente, lo que pensamos que sería una amistad para fiestas y reuniones, se convirtió en mucho más que eso. Desde que nos conocimos, nos brindamos mutuo apoyo y confianza, hemos estado presentes en momentos felices, pero también en aquellos, de igual manera, hemos aplaudido nuestros logros, hacer ver nuestros errores y motivado para aprender de ellos y de esta manera salir adelante.

La china es una persona que admiro por la gran fuerza que tiene, siempre da lo mejor de sí misma para ser buena hija, hermana, amiga, estudiante, y mamá. Admiro la dedicación que le pone a todas las cosas que lleva a cabo, hace ver que las cosas son fáciles, cuando en realidad no es así, debido a que conllevan mucho esfuerzo y amor. Villa es una mujer fuerte, inteligente y perseverante, sabe perfectamente qué es lo que tiene que hacer para conseguir lo que quiere, y no descansa hasta alcanzarlo.

Aunque no siempre estamos físicamente presentes, sabemos que contamos con el apoyo de la otra, y que nunca nos dejaremos solas. Con el paso de los años, hemos creado experiencias que llevaré en el corazón por toda mi vida, y espero que cuando seamos aún más grandes de edad, nos reunamos para pasar un buen rato platicando de nuestras viejas aventuras. Su amistad es de las cosas más valiosas que tengo, y siempre la procuraré para que se mantenga sin importar el tiempo y los años.

No me alcanzan las palabras para agradecer por tantas cosas que hemos pasado juntas, pido a Dios que nuestra amistad se siga fortaleciendo cada vez más, para así verla alcanzar sus metas y superarse día con día, además, deseo que la vida me permita poder ver a mi sobrinito Diego crecer y convertirse en un hombre de bien, así como su mamá.

Te amo mucho, china preciosa. Siempre juntas.

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