Mis segundos papás.
Mi tío Héctor y mi tía Chuy
han estado presentes desde que se enteraron que estaba en la pancita de mi mamá,
ellos fueron quienes la acompañaron al hospital el día de mi nacimiento y de
igual manera ayudaron a mi mamá en mis primeros meses. En las comidas
familiares cuentan que mi tía era como mi nodriza, la leche me ha encantado desde
muy pequeña, disfrutaba cada biberón que me daban y me lo acababa en cuestión
de minutos, antes de quedarme profundamente dormida.
Durante mi adolescencia, ellos
estuvieron en momentos difíciles para mí, siempre me han ayudado y comprendido
sin importar la situación, de igual manera, considero que tienen las palabras
correctas para aconsejarme o en su caso llamarme la atención cuando no estoy
actuando correctamente. Mis tíos me ayudaron a ver la vida desde otro punto de
vista, asimismo, son ellos los que me han guiado al momento de tener que tomar
decisiones importantes, y también me han brindado apoyo y palabras de aliento
cuando me he sentido perdida.
Sin duda alguna, mis tíos son personas
que admiro por su forma de luchar y salir adelante, ambos son inteligentes,
honestos, responsables y determinados. Son la clara muestra de que cuando se
tiene un objetivo, se debe luchar hasta conseguirlo, aunque muchas veces el
camino no sea fácil. Sé que, a pesar de todo, siempre podré contar con ellos,
estoy agradecida de tenerlos como mis segundos padres.
Gracias por todo. Los quiero
mucho, tíos.
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