Lily chiquita.



Además de ser hija única, por mucho tiempo fui la única niña en la familia, eso provocó que fuera la consentida de todos, pero que también estuviera sola y no tuviera con quien jugar. Nunca recuerdo haberle pedido a mi mamá una hermana, pero sí me hubiera gustado tener a alguien con quien divertirme por las tardes de vez en cuando.

Recuerdo que algunos fines de semana jugaba con mis primos, y en ciertas ocasiones me visitaban unas vecinas, pero el resto de los días tenía que encontrar la forma de divertirme sola en mi casa. Durante unos años asistí a natación, después a lecciones de pintura y más adelante tomé clases de piano. Las artes nunca me han apasionado, pero algo curioso es que la maestra decía que era muy buena y tenía talento, aprendí rápidamente a leer partituras y no me tomaba mucho tiempo aprenderme las canciones. 

Mi pasatiempo favorito era bailar, siempre que salíamos a algún lugar, pedía que me compraran un disco con los éxitos musicales del momento. Como ya saben, mi mamá era maestra de jardín de niños y tenía varias grabadoras, así que todas las tardes ponía la música a todo volumen y me ponía a bailar en el garaje. Escuchaba la misma canción una vez tras otra, y montaba mis propias coreografías, ya que me imaginaba que algún día las presentaría en un escenario. Más adelante les comparto mi canción favorita de aquella época.

Otro de mis pasatiempos era jugar con nenucos, tenía una colección de bebés de juguete muy bonita, siempre los llevaba a todos lados a los que yo me dirigía, y junto con mi mamá, le comprábamos diferentes cambios de ropa en la sección de bebés de Chedraui, los nenucos tenían su propia pañalera, biberones y carriola, tanto quería a mis bebitos, que hasta la fecha sigo conservándolos. Además, tenía una casita llena de artefactos de cocina y demás artículos del hogar, podía pasar horas jugando a la mamá.

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