El cielo está de fiesta.


Mi abuelita, o mi ma Lolita, como me gustaba decirle, era una persona trabajadora, noble y con un corazón enorme. Se dedicaba al hogar, y tenía pequeños emprendimientos al vender mole, pollo y leche para apoyar a su familia, ya que era su prioridad. Doña Lolita cuidó tanto de sus hijos, como de sus nietos, ella fue una de las personas que vio por mi desde pequeña, junto con mi mamá y mis tías, me cuidó los primeros meses de mi vida mientras mi mamá tenía que trabajar, pues no querían mandarme tan pequeña a la guardería.

Cuando era pequeña, mi abuelita siempre estuvo presente en cada evento importante, además, era mi compañera de juegos por las tardes, me consentía y me llenaba de cariño y amor en todo momento. Recuerdo que enfrente de mi casa había una tienda de regalos, y cuando mi mamá no accedía a comprarme alguno de mis caprichos, mi ma iba a escondidas y me obsequiaba aquello que quería.

Doña Lolita fue una señora muy fuerte y con mucha energía, asistía a sus reuniones del INSEN cada semana junto con otros viejitos, era muy querida por quienes la rodeaban y por eso fue elegida como reina de esa organización en un baile que se organizaba año con año en el mes de agosto. Mi abuelita uso un vestido color palo de rosa y yo la acompañé usando un vestido azul turquesa porque fui su portadora de armas.

Dios decidió llamarla a su lado cuando tenía 81 años, aunque sólo la pude disfrutar durante 8 años, sin duda alguna, fue y es una de las personas más especiales y que han marcado mi vida. Me hubiera gustado haber tenido la oportunidad de convivir más con ella y de regresarle un poco de lo mucho que ella me dio, ella es una persona a la cual admiro, y por esa razón algún día espero ser como ella. Hoy, 03 de abril, era el día de su cumpleaños y es por eso que la recuerdo con mucho cariño. El cielo está de fiesta, ma Lolita. 

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